Hasta ahora el trabajo en equipo se suele basar en un gran número de reuniones donde los miembros del equipo, sobre todo, comunican a los demás el trabajo que han realizado y, sólo en algunos casos, existe un pequeño espacio de tiempo para proponer ideas y establecer nuevas estrategias.
Lo que ocurre cuando acaban estas reuniones es que cada uno acude a desempeñar su trabajo y tiene que ir comunicando la evolución de dicho trabajo, si es que lo hace, mediante informes enviados por email, llamadas de teléfono o grupos en plataformas de mensajería instantánea.
Cuando el equipo tiene que hacer frente a situaciones que requieren mucha intervención, el trabajo se complica y, generalmente, se ve reflejado en horas extras que repercuten negativamente sobre el trabajador y la empresa.
Este esfuerzo de comunicación con el equipo no aporta al trabajo del día a día del emisor de la información y, por lo tanto, lo considera tedioso.
La tecnología, en este caso, viene a ayudarnos a mejorar el trabajo en equipo, de forma que la información se transmite de manera automática mientras vamos realizando nuestra tarea, sin tener que dedicar un esfuerzo adicional para generar informes ni para comunicar nuestro desempeño al resto del equipo, lo que permite una comunicación mucho más fluida donde las conversaciones se centran en los objetivos establecidos.
De igual manera el contenido de las reuniones de equipo cambia, pueden usar mejor el tiempo, centrándose en sacar el potencial de cada uno de sus integrantes; ya que no sólo han optimizado la comunicación, sino que además cuentan con datos estadísticos que les permiten tener una visión menos sesgada de sus actuaciones.
Las reuniones de equipo se convierten en un espacio para analizar y proponer nuevos planes de actuación, incluso para revisar y mejorar los procesos de trabajo que se vienen utilizando. El formato de estas nuevas reuniones hace posible realizar gran parte de ellas en desplazamiento, dónde cada uno de los miembros del equipo puede estar en un lugar diferente.
Mientras que cada uno de ellos realiza lo que se les ha encomendado, la comunicación se produce de forma automatizada y cuando se comunican a demanda de uno de los miembros del equipo, todos cuentan con la documentación, estadísticas e histórico de lo que está pasando en tiempo real.
El jefe de equipo puede intervenir, si los coeficientes de desempeño de las tareas no están alineados con los objetivos, pudiendo redirigir en todo momento el trabajo del equipo.
Lo que ocurre cuando acaban estas reuniones es que cada uno acude a desempeñar su trabajo y tiene que ir comunicando la evolución de dicho trabajo, si es que lo hace, mediante informes enviados por email, llamadas de teléfono o grupos en plataformas de mensajería instantánea.
Cuando el equipo tiene que hacer frente a situaciones que requieren mucha intervención, el trabajo se complica y, generalmente, se ve reflejado en horas extras que repercuten negativamente sobre el trabajador y la empresa.
Este esfuerzo de comunicación con el equipo no aporta al trabajo del día a día del emisor de la información y, por lo tanto, lo considera tedioso.
La tecnología, en este caso, viene a ayudarnos a mejorar el trabajo en equipo, de forma que la información se transmite de manera automática mientras vamos realizando nuestra tarea, sin tener que dedicar un esfuerzo adicional para generar informes ni para comunicar nuestro desempeño al resto del equipo, lo que permite una comunicación mucho más fluida donde las conversaciones se centran en los objetivos establecidos.
De igual manera el contenido de las reuniones de equipo cambia, pueden usar mejor el tiempo, centrándose en sacar el potencial de cada uno de sus integrantes; ya que no sólo han optimizado la comunicación, sino que además cuentan con datos estadísticos que les permiten tener una visión menos sesgada de sus actuaciones.
Las reuniones de equipo se convierten en un espacio para analizar y proponer nuevos planes de actuación, incluso para revisar y mejorar los procesos de trabajo que se vienen utilizando. El formato de estas nuevas reuniones hace posible realizar gran parte de ellas en desplazamiento, dónde cada uno de los miembros del equipo puede estar en un lugar diferente.
Mientras que cada uno de ellos realiza lo que se les ha encomendado, la comunicación se produce de forma automatizada y cuando se comunican a demanda de uno de los miembros del equipo, todos cuentan con la documentación, estadísticas e histórico de lo que está pasando en tiempo real.
El jefe de equipo puede intervenir, si los coeficientes de desempeño de las tareas no están alineados con los objetivos, pudiendo redirigir en todo momento el trabajo del equipo.